viernes, 8 de marzo de 2013

PUNTOS DE FRICCIÓN

¿hasta qué punto se puede tensionar una batalla? 
Cuando un ejército debe estirarse, hacer uso de todas sus fuerzas, implicar las reservas, asumir bajas y a pesar de todo persistir en su empeño de presionar a un enemigo inteligente que maniobra esperando su oportunidad de lanzar un duro contraataque, pronto aparecen los puntos vitales del campo de batalla donde la fricción de las voluntades opuestas de los rivales provocará el estallido final y el inevitable desenlace de la batalla, en un sentido u otro.  No hay término medio, no hay acción dilatoria posible, no puede haber empate, sólo victoria y derrota. 

Esta batalla DBMM240 que jugamos David con sus Teutones y yo al mando de mis Cruzados Tardíos, es un claro ejemplo de esta clase de batalla tensionada. 

Con ejércitos tan pequeños el campo de batalla se hace inabarcable, así que como jugaba en casa no dudé en librar la batalla a orillas del Mediterráneo y así poder tener el flanco izquierdo cubierto por el mar.  Un bosque a mi retaguardia derecha y un par de marismas en las respectivas retaguardias centrales finalizaban el diseño del campo de honor para tan esforzados caballeros. 





Primero desplegué mi cruzado.    La infantería apoyada en la playa y los dos mandos de caballeros escalonados hacia la derecha y la retaguardia. 

Los teutones aparecieron dispersos,  los hermanos caballeros ante mi infantería, la caballería en el centro y las tropas más ligeras en la extrema derecha. 

Yo movía primero, así que tenía la responsabilidad de tomar la iniciativa o esperar a ver que pasa.  No me lo pensé demasiado y me salió la vena agresiva. Si los germanos estaban dispersos,  mejor ir a cazarlos antes de esperar a ser cazado.  Lo cierto es que en mi posición inicial podría haberme quedado muy cómodamente, pues con los flancos cubiertos y superioridad numérica no tenía necesidad de salir a campo abierto, pero decía mi abuela, "para hacer tortilla hay que cascar los huevos".  

Siempre mejor los del contrario claro...




 Ohhhh,  los caballeros germanos volvieron grupas y salieron literalmente pitando.
"Maniobrando" en palabras de mi sabio y admirado rival.



No sólo eso,  el resto del ejército teutón se escoró rápidamente hacia mi derecha desapareciendo literalmente de mi frente, esquivando las rectas flechas de mi agresivo avance.



No me quedaba otra que seguir adelante. Enderecé la línea de mis infantes y ballesteros y pivoté rápidamente a mis caballeros y los hermanos hospitalarios. El maestre del Hospital se agrupó a los turcopoles para cubrir la extrema izquierda.  

La batalla antes de haber disparado una flecha ya estaba tensionada.  Mis líneas se estiraban persiguiendo a mi elusivo enemigo y de repente se dibujaron ante mi vista dos puntos, dos áreas de vital importancia para lo que habría de venir.  
Los puntos de fricción de la batalla.
La cabalgata de los LH enemigos probando de dislocar mi flanco era evidente.   No podía permitirme un despiste allí, pues sería rápidamente aprovechado por David que me golpearía sin misericordia. 

Por otra parte, el centro, vacío de enemigos, mostraba la última puerta por la que los mandos teutones mantenían sus comunicaciones.  Si lograba aislar al cuerpo de caballeros superiores la batalla estaría medio ganada. 



Evidentemente,  David no lo iba a permitir.  Y rápidamente empezó a maniobrar hacia el centro del  campo de batalla.  Como siempre, su uso de las pequeñas unidades, su dispersión aparente, escondía un plan para revolverse y contraatacar a cualquiera de mis unidades que se despistara.  




El avance de mi infantería era muy lento, escaso de pips y agotador.  

Y de repente, una simple maniobra de mi enemigo y era mi propio centro es que estaba amenazado...



En tanto que en el otro frente de batalla, la carrera hacia mi flanco seguía casi imparable.



Casi. 
Al ataque!   Y primera baja enemiga.   Su columna atacada de flanco se rompe y comienza la carnicería en el punto de fricción de la derecha. 

Sigo estirando mis líneas. El frente es enorme y mis fuerzas exiguas, cada unidad debe valer por dos para cubrir toda la línea. 



El movimiento de los teutones hacia el centro, me obliga a vascular la mitad de mi cuerpo central para intentar dominar el punto de fricción del centro. Mientras la otra mitad debe proteger su flanco de un posible intento desde la derecha.



Durante unos instantes he visto el brillo de la victoria, sobre todo porque David con su inefable carga propagandística, no hacía más que repetirme: - Vamos que ya lo tienes ganado.  Cargándome con toda la presión. 
Pero en la siguiente carga de mis tropas en la derecha, donde contaba con romper con ventaja la punta de lanza teutona resultó un fiasco, la suerte estaba en el fiel de la balanza.



Mis fuerzas se cierran sobre el punto de fricción central,  es vital asegurar el dominio de ese sector. 



El choque es inevitable.  



Las cosas por la derecha se torcían y el balance se inclinaba peligrosamente en mi contra. Me había quedado sin fuerzas ligeras ( mis dos unidades de turcopoles criaban malvas) y el maestre del Hospital quedaba completamente asilado para sostener el flanco y rodeado de los LH enemigos. 

Y no sólo eso, por fin las tropas de caballería germanas se decidían a volver a la batalla, una columna se lanzaba hacia el centro y un destacamento se quedaba par apoyar el flanco. Mi situación empeoraba por momentos. 

Se aproximaba la crisis de la batalla.  



Afortunadamente, el Maestre del Hospital salvó la primera de las situaciones comprometidas.



Contraofensiva teutona.   La masa de sus caballeros de élite se revuelve y carga ferozmente.
La columna de arqueros sirios rechaza el ataque enemigo que se vuelve a encarar para cargar de nuevo.
El primer choque en el punto central se ha saldado sin bajas, pero mi CinC queda flanqueado. 
Nueva situación de alto riesgo.



SALVADA!
y el subsiguiente combate, mi CinC, arrolla y destruye a su contrincante.


Entretanto, los acontecimientos en la derecha mejoran.  Dos unidades Lh enemigas han perecido y todos los combates   siguientes me han favorecido. 
La suerte que por un momento pareció volverme la espalda, definitivamente me ha sonreído.  
El mando teutón ya está desmotivado y próximo a la derrota. 



Nuevo momento de crisis.  Tras su carga victoriosa mi CinC ha dejado su retaguardia descubierta.  El enemigo no va a desaprovechar una ocasión de oro, tal vez es su última oportunidad. 

Pero la suerte me sigue sonriendo y mi general supera el combate y puede encararse.   Uuuuuuuuuff!!!



La carga de los caballeros teutones ha tenido relativo éxito y tres de mis unidades han desaparecido, pero el mando está lejos de estar tocado y la batalla continua. 



En la derecha mi victoria es total. 



De forma increíble, este combate en el que dos unidades de lanceros están flanqueadas vuelve a sonreírme. 



De aquí en adelante, el resto de combates son victorias de mis cruzados y bajas enemigas que se acumulan inexorablemente  hasta dar con la derrota completa del ejército teutón. 




La suerte de los combates  que había fluctuado entre los dos bandos se inclinó definitivamente de mi lado sin lugar a dudas, reconociendo que el factor azar me había librado de más de una situación más que comprometida.  

Ciertamente, los dos puntos de fricción señalados al inicio de la batalla habían atraído a las tropas como imanes y su posesión se había convertido en la clave de la victoria o la derrota.

Una hermosa victoria.   


2 comentarios:

David Cantó dijo...

Una gran partida, sin duda ;)

Ray Rousell dijo...

An excellent looking game!!!