jueves, 5 de marzo de 2009

BATALLA CLÁSICA

El sábado pasado en Alpha nos enfrentamos Óscar, al mando de sus romanos de la legión Polibia, y yo, al frente de mis “maces”. A 400 puntos.
Fue nuestro primer encuentro y seguro que no será el último.
Las legiones de Roma son infinitas.


Fue una batalla de corte clásico, muy frontal, un pulso que ganó el ejército que pudo disponer de la pegada más fuerte.


Aunque los ejércitos enfrentados no eran los precisos para ello, bien podría haber sido una batalla de las guerras pírricas. A modo de divertimento, me gusta pensar que fue un encuentro librado por un Alejandro que no murió en Babilonia y que vivió muchos años más, los suficientes como para enfrentarse el emergente poder romano.
No me lo he inventado yo, recojo la idea de la novela de Javier Negrete "Alejandro y las águilas de Roma", una ucronía fascinante.

El campo de batalla quedó casi diáfano, una gran llanura para matarse cubierta en los flancos por colinas, bosques y olivares. Condiciones atmosféricas perfectas para la batalla.

Roma llevó a la batalla un ejército consular bastante típico; dos legiones de infantería pesada con sus respectivas alae, formadas por auxiliares y psiloi en un flanco y aliados númidas (caballería ligera y psilois) en el otro.
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El Plan.
Dispuse mis macedonios con un mando muy resistente en la izquierda, formado por las seis taxeis de la falange (dos de ellas de hipaspistas superiores), apoyados por los agrianos Ps(S) y Ax(S) tracios, con el objetivo de fijar y derrotar a la legión que tuviese al frente. En la derecha, como cobertura de un valle que se abría entre las colinas y para dominar la posición, coloqué el mando ligero con los prodromoi, los escitas y arqueros persas y griegos (LH y Ps).
En el centro estaba mi puño, la fuerza que debía ganar la batalla, los Compañeros del Rey, con 5 brigadas de Kn(F), tres elefantes protegidos por Ax(S) tracios y tres Cv(O) bactrianos como fuerza de apoyo. Ese cuerpo debía romper rápidamente la II Legión para girar y apoyar a la falange.


En la Krónika de Philemon encontramos un pasaje acerca de esta batalla:

“…temprano hicimos un reconocimiento rápido del frente de la batalla. Los romanos ya se aprestaban y se alineaban en sus posiciones. Alejandro daba rápidas órdenes para ajustar nuestras posiciones. Nos detuvimos unos instantes junto a Ptolomeo que estaba al mando de la falange.
- Amigo mío, avanza rápido sin mirar al bosque. Las patrullas han comprobado que está ocupado por una nube de auxiliares romanos, no intentes tomarlo. Despliega los agrianos para proteger el flanco del ejército y mantén los tracios cerca de tu izquierda. ¡Tienen que resistir!
Observa allí al frente, entre las dos legiones hay una brecha. Debes desbordar la legión con el taxei de los hipaspistas, allí donde ondea el estandarte de un general.

Nos situamos tras las brigadas de Compañeros y esperamos la señal de que todas las tropas estaban en posición. Los romanos hicieron sonar sus cuernos. De los bosques a la izquierda las tropas auxiliares romanas salieron en columnas cerradas para rodear nuestro flanco, pero apenas vimos más movimiento en sus filas. Nos extrañó que los jinetes númidas estuviesen tan quietos.
De pronto, sorprendentemente, ante a nuestras líneas los vélites romanos formaron en columna y se movieron lateralmente para situarse en línea con los legionarios.
Miré de soslayo el rostro de Alejandro y me pareció ver media sonrisa dibujada en su cara…”


Efectivamente, mi flanco izquierdo estaba amenazado, fue una sorpresa ver tantas tropas allí, pero no tenía más remedio que esperar que los Ps y Ax aguantasen lo suficiente.
Además, para la falange la cosa empezó mal. ¡Una gigantesca balista romana desbarató la primera línea de mis hipaspistas de un plumazo!


Pero los romanos tenían problemas en el otro extremo del campo. El general aliado númida quedó inactivo y supongo que por su causa los romanos decidieron mover sus Ps del frente de la legión hacia el flanco. No me extraña que Alejandro sonriese al verlo, pues dejaba el paso libre para los elefantes que se lanzaron sin piedad sobre los legionarios. Los Kn fallaron su primer asalto pero en el segundo hicieron lo que esperaba de ellos.

La Cv bactriana lo tuvo aún más fácil, pues cargó contra Ps con lo que logró rápidamente el espacio de maniobra necesario para la escena culminante de la batalla.


El general romano había quedado con la única cobertura de un Ps que murió a manos de mis tracios, eso dibujó la ocasión de oro para que Rhodo se lanzase sobre el general, que estaba flanqueado por otro elefante y por una Cv que flaqueaba frente con flanco.
No hubo milagro, el general romano cayó aplastado y toda la II Legión rota automáticamente.

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La otra legión estuvo a punto de desmotivarse también, pero resistió un poco más. El combate frontal de la falange fue duro y con pérdidas para ambos bandos. El flanco de la falange estaba amenazado y salvarlo requirió sacrificios.

Entre tanto los númidas se pusieron en marcha, ya que mis Ps se habían aproximado lo suficiente, pero era demasiado tarde para ellos, avancé mi LH y los arqueros persas desde la colina para entablar un combate igualado.

Para mi sorpresa, los últimos chicos de la II Legión que no se habían desbandado volvieron a resistir otro ataque de mis Kn. Y también la balista aguantó la carga de mis caballeros.
Mientras tanto mis Ps y Ax resistían el ataque de los auxiliares romanos con sensibles pérdidas pero devolviendo los golpes y la falange lograba que la I Legión tuviese que avanzar su segunda línea de princeps.


El golpe de gracia se produjo cuando, tras derrotar a los triarii que protegían al legado de la legión, los hipaspistas cargaron sobre él de frente y de flanco.

Un último empujón. Alalalalalai


Alea jacta est Los dados rodaron y el resultado de la batalla quedó sellado.

*** *** ***

Reflexión final.
A pesar de que todo salió casi como estaba planeado, tendré que recordar una vez más que el terreno difícil NO es impasable y que el flanco de la falange es muy frágil. En esta ocasión tuve suerte y los Ps demostraron para qué sirven.
También sería iluso pensar que los elefantes lo volverán a tener tan sencillo contra los legionarios. La historia nos indica que tras la batalla de Ausculum, los romanos se devanaron los sesos pensando trucos para enfrentarse a los elefantes de Pirro.

6 comentarios:

David Cantó dijo...

Excelente crónica, como siempre. Veo que has mejorado el tratamiento de los diagramas. Me gustan más, están más de tallados, con lo que son más informativos.

Erwin dijo...

Gracias,
pues sí, y también después de editar las fotos las he convertido convierto en GIF y los textos y flechas quedan mucho más nítidos.

Major Reisman dijo...

Buenas

Jo, que bien explicada. Mis felicitaciones. Y un buen ejemplo de que hasta el rabo, todo es toro.

Un saludo

Hetairoi dijo...

Todo un informe! Qué maravilla.

Por cierto, los macedonios son de Xyston, verdad?

Hetairoi dijo...

Todo un informe! Qué maravilla.

Por cierto, los macedonios son de xyston verdad?

Erwin dijo...

Pues sí, con alguna venerable excepción, como el elefante con la torre de batalla, que es de Corvus Belli, pero me gustaba tanto...